Vivir esta época valorando las bendiciones recibidas y darnos cuenta que el estar vivos representa el mayor regalo que podemos recibir y que los problemas a pesar de su complejidad no pueden desmotivarnos o dirigir nuestras vidas. Debe ser una reflexión para todos.
Cuando alguien a quien realmente queremos nos abandona de una forma tan absurda y sin sentido, el vacío es mayor, que difícil es entender que alguien termine con una vida por el abuso del alcohol y destruya a una familia a su paso.
No debemos olvidar que nuestras acciones tienen consecuencias que pueden afectar a terceros, es momento de crear nuevos compromisos para preservar la paz que estamos perdiendo.
P.D. Te extraño amiga.
viernes, 23 de diciembre de 2011
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