Un estudio recientemente publicado conocido como PRODESTrevela que hasta 40% de los pacientes con enfermedad de Parkinsonexaminados siguieron padeciendo síntomas depresivos a pesar de recibir tratamiento con antidepresivos. Esto implica que los síntomas depresivos de laenfermedad de Parkinsonpueden ser una forma distinta de lo que se conoce como síndrome depresivo y apunta a la necesidad de hacer un abordamiento diferente para tratar estos síntomas depresivos.
El estudio del perfil de síntomas depresivos en enfermedad de Parkinson: el mayor estudio prospectivo por observación de síntomas depresivos en PD realizado en Europa.
Las investigaciones realizadas a partir de la década de 1950 por el profesor Arvid Carlsson, co-ganador del premio Nobel de Fisiología o Medicina en 2000, hicieron caer en la cuenta de que la enfermedad de Parkinsones causada por una falta de dopamina en ciertas zonas del cerebro. La observación de que los síntomas de la enfermedad de Parkinson se alivian modificando la actividad de la dopamina ha sido crucial para entender la enfermedad. Esta comprensión sirvió para traer una nueva generación de tratamientos sintomáticos, como, primero, levodopa, y más recientemente, agonistas de dopamina.
Tradicionalmente, se ha tomado a la levodopa (L-dopa) como la referencia para el tratamiento inicial de la enfermedad de Parkinson. Levodopa es eficaz para controlar los síntomas motrices de la enfermedad de Parkinson.Sin embargo, después de un periodo inicial de beneficios importantes, se hacen patentes varias limitaciones: con el tiempo se desvanecen los efectos motrices benéficos de la levodopa, lo que impone la necesidad de usar dosis crecientes con más frecuencia, para prevenir las fluctuaciones de control y descontrol motriz. Muchos pacientes también desarrollan sacudidas involuntarias anormales (discinesia), que pueden ser muy discapacitantes.
Como resultado de estas limitaciones establecidas de la levodopa, en las guías para el manejo de la enfermedad de Parkinson se recomienda la iniciación de un tratamiento temprano con un agonista de la dopamina. Los agonistas de dopamina remedan los efectos de la dopamina natural en el cuerpo y producen efectos parecidos. Se clasifican en clases ergótica y no ergótica.
Los antagonistas no ergóticos de la dopamina (como pramipexol) difieren de los agonistas ergóticos (como pergolida y cabergolina) en virtud de su estructura química y las afinidades, especificidades y selectividades de los receptores. Aunque en los estudios se ha indicado que los agonistas ergóticos de la dopamina pueden causar reacciones fibróticas en la válvula cardiaca, no se ha observado que aumente el riesgo con los agonistas no ergóticos, como pramipexol.
fuente: lacronica.com.mx