El 3
de diciembre se celebra el día internacional de la discapacidad, más allá de
una conmemoración considero que se debe hacer una profunda reflexión de lo que
este día realmente significa. Hablar de discapacidad en estos tiempos resulta
fácil, los acuerdos internacionales expresan y sugieren la necesidad de implementar acciones a favor
de las personas con discapacidad, esto es un compromiso a nivel mundial y evidentemente
las estrategias, programas y políticas a favor de este sector se ostentan en
todos los sectores de cualquier país demostrando su interés por este grupo tan
vulnerable, Pero ¿cuál es la situación
real que viven las personas con discapacidad? De acuerdo con la Organización
Mundial de la Salud más de 1.000 millones de personas viven con algún tipo de
discapacidad, esto representa alrededor
del 15% de la población mundial y la mitad de las personas con discapacidades
no pueden pagar la atención de salud, frente a un tercio de las personas sin
discapacidades. En el sector educativo con cifras del fondo para la infancia
casi la mitad —el 47%— de los niños con discapacidad no va a preescolar, el 17%
no asiste a educación primaria, y el 27% nunca llega a estudiar la secundaria.
Lo anterior revela que sí existe un
interés por favorecer a las personas con discapacidad, pero los esfuerzos son
insuficientes y no representan un cambio sustancial que beneficie a este
sector. Nuestro principal problema parte de no considerar la diversidad humana
al momento de crear, implementar leyes, reformas etc. Creamos pensando en las
mayorías y ajustamos y adaptamos para
las minorías, lo que crea grupos y divisiones. Cuando logremos ver la diversidad como una
realidad y una unidad avanzaremos y alcanzaremos una sociedad más justa e
incluyente.
Janet
López Barrios