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jueves, 11 de octubre de 2012

Implantes de titanio controlan Parkinson


Una científica mexicana de la UNAM ha desarrollado una nueva alternativa para reducir los síntomas de la enfermedad de Parkinson
Andrés Vargas Reynoso/SUMEDICO

México, D.F. a 11 de octubre 2012
En el mundo se combate la enfermedad de Parkinson de muchas maneras, pero en México somos los pioneros trabajando con implantes de titanio que ayudan a controlar el flujo de dopamina para disminuir los síntomas de la enfermedad, dijo a SUMEDICO la doctora Patricia Vergara(*), investigadora de la Facultad de Medicina de la UNAM.

“Los implantes de titanio son reservorios de dos milímetros de diámetro, de forma esférica con una especie de panal de abeja en donde se acumulan las moléculas de dopamina que están bien protegidas para poder tener estabilidad, y son colocados en el cerebro del paciente para que, de esa manera, la inyección de dopamina sea regular”, explicó la investigadora.

La dopamina es una sustancia que se secreta en el cerebro y está relacionada con muchos aspectos de la vida de un ser humano, como por ejemplo el control, la planeación y la ejecución de los movimientos, así como el estado de ánimo, el control del corazón y la presión arterial; la enfermedad de Parkinson comienza a desarrollarse cuando la inyección de dopamina no es suficiente.

El experimento de la doctora comenzó en conejos y se trasladó a ratas de laboratorio, las cuales fueron intervenidas genéticamente para provocarles la enfermedad y comenzar el tratamiento con los implantes.

“Las mejorías que advertimos con las ratas fueron inmediatas. Cuando las ratas despiertan tras la operación comienzan a caminar y a moverse con normalidad, demostrando una mejoría de hasta un 90%, al día siguiente la rata ya está nadando sin ningún problema”, explicó la especialista, quien tiene una maestría en Investigación Biomédica.

La doctora explicó que el siguiente paso era aplicar el mismo tratamiento con monos a los que ya se les había provocado el parkinsonismo, no obstante, “por sugerencia de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) vamos a comenzar a trabajar con seres humanos para conocer los alcances de este tratamiento”, manifestó la investigadora y profesora de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Señaló que en octubre de este año se realizará una reunión con neurocirujanos del Hospital Siglo XXI, del Ángeles del Pedregal, el Hospital Metropolitano y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), “los cuales están dispuestos a colaborar en el protocolo que será sometido a comités de ética y, si lo aprueban, entonces comenzamos con el trabajo. Esto tardaría alrededor de un año, aproximadamente”.

Explicó que esta tecnología es muy barata y los implantes prácticamente “estarían a la mano de cualquier persona de cualquier condición socioeconómica”, indicó.

“Lo que estos pacientes necesitan es dopamina, porque su organismo no la produce, entonces nosotros les estaríamos administrando la dopamina, eso nos hace diferentes a los tratamientos con células madre, campos magnéticos y otros implantes e injertos con los que se trabaja en otras partes del mundo”, refirió.

Respecto a posibles consecuencias o efectos secundarios, la doctora señaló que, “después de comenzar a trabajar con seres humanos, el peor escenario al que podríamos enfrentarnos es que el paciente no se cure, pero es todo. El paciente ni siquiera tendría que estar sedado por completo, ya que la incisión que se realiza para inocular los implantes en el cerebro es del tamaño de una aguja, y cada implante es del tamaño de una gotita de agua”, explicó.

Finalmente, señaló que los candidatos a someterse a este nuevo tratamiento, después de haber sido aprobado, sería prácticamente cualquier persona que tenga la enfermedad de Parkinson.
(*) Dra. Patricia Vergara
Investigadora de la Facultad de Medicina de la UNAM
paty_ver@hotmail.com

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